Me gustaría contarte como ha llegado el Yoga a mi vida y como eso ha desencadenado en más formaciones diferentes… y las que llegarán. Todo empezó con un dolor de espalda por las posturas y movimientos repetitivos en el trabajo, una clienta en ese trabajo me recomendó el Yoga, y además me dijo donde tomaba clases ella, fui a una primera clase y entonces mi vida cambió.

Aquí es cuando doy gracias, gracias y más gracias a mi primera maestra de Yoga Marta Bondía, que da clases en Zaragoza, mi ciudad. Si no hubiera dado con la maestra adecuada quizá no hubiera emprendido este camino, o quizá hubiera sido en otro momento. Aún así pienso que las cosas suceden justo en el momento adecuado, cuando tienen que suceder.

Salí de aquella primera clase totalmente volada, caí en la cuenta de que nunca había tenido los ojos cerrados durante tanto tiempo sin estar dormida, descubrí que se podía mirar hacia dentro, que había un camino que iniciaba cerrando los ojos, y cada clase que tomaba me despertaba nuevas sensaciones y ganas de conocer más.

Al año de práctica quise formarme para profundizar más en el Yoga, no pretendía ser profesora, pero eso cambió en cuanto empecé a instruir a gente cercana cuando me preparaba para las evaluaciones. Enseguida me di cuenta de cuanta falta le hace a la mayoría de la gente ese cerrar de ojos y comenzar a escuchar, y claro empezó a apasionarme transmitir al resto del mundo lo que en mí se estaba desarrollando.

Con el tiempo, en mi evolución personal, después de pasar por probar casi de todo lo relacionado con el mundo del Yoga y la energía, experimentar diferentes hábitos alimenticios y terapias, interesarme por diferentes textos y filosofías, mi visión de la vida y del mundo ha estado en continuo cambio, reconozco que no soy la misma persona que años atrás pero también sé que mañana no seré la misma que hoy. 

El ir conociendo a diferentes personas y rodearme de seres mágicos y que funcionan desde el corazón me llevo a probar una sesión de La Nueva Terapia, aluciné tanto con lo que viví en esa sesión que como no podía ser de otra manera, mi próxima formación fue terapeuta de la LNT . La Nueva Terapia ha sido lo que me faltaba para tomar la decisión de empezar a hacer lo que realmente me hace sentir bien, que es poder compartir y si es posible ayudar a personas que, en estos momentos que vivimos se encuentran desorientadas, personas que no encuentran la motivación.