Si alguien a escuchado hablar de yoga alguna vez en su vida, seguro sabe que el Saludo al Sol es una práctica muy habitual, Surya Namaskar, una práctica integral que promueve no solo un cuerpo saludable, sino también una mente clara y una conexión profunda con nuestra propia espiritualidad. Al realizar el Surya Namaskar, no solo estamos trabajando todo el cuerpo, sino que también conectamos de manera más profunda, encontrando en su práctica un equilibrio que trasciende lo físico, una puerta abierta hacia una vida más plena y consciente, una practica que conecta lo mundano con lo divino. Practicar el Saludo al Sol tiene, sin duda alguna, un gran poder transformador. Aquí te explico lo que deberías saber sobre el Saludo al Sol y cómo practicarlo paso a paso.
Introducción al Saludo al Sol / Surya Namaskar
¿Qué es el Saludo al Sol?
Una de las prácticas más esenciales y reverenciadas en el yoga es el Saludo al Sol. Esta secuencia fluida de posturas no solo tonifica el cuerpo, sino que también cultiva una profunda conexión entre cuerpo, mente y espíritu. Es habitual realizar alguna serie de Surya Namaskar en las clases de hatha yoga, por su condición de vinyasa, que integra perfectamente el movimiento con la respiración. Ayudando a preparar el cuerpo y la mente para el resto de la sesión de yoga, proporcionando una base equilibrada y energizante.
Al realizar regularmente el Saludo al Sol, incluso de manera aislada, no solo se gana fuerza y flexibilidad para el cuerpo, también para la mente, cultivando un estado de espiritualidad y consciencia que enriquece la vida diaria. Es una herramienta poderosa que conecta profundamente con la esencia del yoga, es, una meditación en movimiento.
El término Surya Namaskar en sánscrito proviene de «Surya», que significa «sol», y «Namaskar», que significa «saludo» o «adoración». En la mitología hindú, Sûrya, el Sol, representa la fuente de vida y energía, ya que el sol es vital para la existencia de todas las formas de vida en la Tierra. Es considerado el sustentador de la luz y el eliminador de las tinieblas, tanto literal como simbólicamente. En varias escrituras y textos sagrados, Surya es honrado y venerado a través de rituales y oraciones, siendo una de las formas más conocidas la práctica del Surya Namaskar. El Saludo al Sol es un homenaje diario al sol, reconociendo su poder y su generosidad al sostener la vida en el planeta.
El Saludo al Sol: Una Puerta hacia la Espiritualidad a través del Yoga
El Surya Namaskar es, sin duda, una de las técnicas más valiosas del yoga, combinando la espiritualidad y la física en una danza armoniosa que celebra la vida y el universo. Así que, al practicar el Saludo al Sol, recuerda que estás participando en una tradición milenaria que te conecta con el sol, la fuente de toda vida, y con tu propia espiritualidad.
Más allá de los beneficios físicos, el Surya Namaskar es un poderoso instrumento de espiritualidad. Al sincronizar el movimiento con la respiración, los practicantes de yoga pueden lograr una meditación en movimiento, despertando los aspectos solares de su propia naturaleza y liberando la energía vital. Esta práctica también refleja los ritmos del universo, tales como las veinticuatro horas del día y los doce signos del zodiaco, armonizando así el microcosmos del individuo con el macrocosmos del universo.
El Saludo al Sol es una técnica integral del yoga que facilita no solo un cuerpo saludable, sino también una mente clara y un espíritu elevado. Practicar el Surya Namaskar regularmente puede conducirnos a una mayor espiritualidad, ayudándonos a descubrir nuestra verdadera esencia y a conectarnos con el mundo de una manera más profunda y significativa.
Beneficios del Saludo al Sol
Son tantos los beneficios si se practica el Saludo al Sol de manera habitual, que aquí voy a mencionar algunos de los más importantes, a tener en cuenta que unos desencadenan en otros y es por eso que la práctica regular de Surya Namaskar y yoga en general mejora el bienestar de manera integral, un seguro de vida que hoy en día, por nuestro modo de vivir, se ha vuelto esencial para mantener un equilibrio saludable entre cuerpo, mente y espíritu. Practicar estas disciplinas no solo nos aporta flexibilidad y fuerza física, sino que también promueve la salud mental y emocional, ayudándonos a vivir de manera plena y consciente.
- Aumenta la flexibilidad. La secuencia de movimientos del Saludo al Sol estira y fortalece todas las partes del cuerpo. Al realizar estas posturas, cada músculo y articulación se trabaja de manera integral, lo que mejora la flexibilidad general. Los estiramientos profundos y variados del Surya Namaskar permiten que los músculos se elonguen, mientras que las posturas practicadas de manera alterna aseguran que diferentes grupos musculares se activen y estiren adecuadamente.
- Mejora la circulación sanguínea. La practica regular del Saludo al Sol incrementa la frecuencia cardíaca y mejora la salud cardiovascular. Una mejor circulación significa que más oxígeno y nutrientes llegan a los músculos y articulaciones, lo que facilita su recuperación y mantenimiento en óptimas condiciones. Además, el yoga y, en particular, el Saludo al Sol, ayuda a reducir la rigidez y el dolor articular, imprescindible para mantener una buena calidad de vida.
- Equilibrio mental y emocional. El Saludo al Sol nos invita a conectar con el ritmo natural del cuerpo y la respiración. Al sincronizar cada movimiento con una inhalación o exhalación, fomentamos una meditación en movimiento que nos ayuda a estar presentes en el momento y a escuchar a nuestro cuerpo. Esta práctica consciente nos dota de una mayor flexibilidad mental y emocional, permitiéndonos adaptarnos mejor a los cambios y desafíos de la vida.
- Fortalece las articulaciones. Al combinar movimientos fluidos que trabajan todo el rango de movimiento de las articulaciones, mejora su movilidad y flexibilidad, mientras que el fortalecimiento muscular alrededor de las articulaciones proporciona un soporte adecuado. Practicar el Saludo al Sol regularmente no solo fortalece, si no que también genera una mayor protección para las articulaciones.
- Fortalece la columna vertebral. Uno de los principales beneficios del Saludo al Sol es que estira la columna vertebral, desde la base hasta la coronilla. La continua flexión y extensión de la columna no solo mejora la postura, sino que también aumenta la flexibilidad de la espalda y previene problemas de columna a largo plazo. Además, al incorporar movimientos que implican la flexión hacia adelante y atrás, así como torsiones suaves en algunos casos, se mejora la flexibilidad de cintura, hombros y caderas.
- Aumento de la Capacidad Pulmonar. La sincronización de los movimientos con la respiración profunda mejora la capacidad pulmonar. Respirar más eficientemente aumenta la cantidad de oxígeno disponible para mejorar a todos los niveles. Es por esta sincronización que el Saludo al Sol es una práctica de Vinyasa.
- Tonifica diferentes partes del cuerpo. La práctica regular de el Saludo al Sol tonifica todas las partes del cuerpo a través del dinamismo en sus posturas que estiran y contraen los músculos. Las posturas de estiramiento y fortalecimiento trabajan los brazos, hombros, espalda, abdomen, piernas, caderas y glúteos. Al activar todos los grupos musculares principales, el Saludo al Sol no solo mejora la flexibilidad, sino que también fortalece y tonifica el cuerpo completo, promoviendo una mejor salud y bienestar.
- Más energía y vitalidad. El Saludo al Sol aporta energía y vitalidad al cuerpo al aumentan la oxigenación, equilibrar el sistema nervioso y activar el metabolismo. La respiración profunda sincronizada con los movimientos, junto con la desintoxicación del cuerpo y la activación de los chakras, contribuye a una mayor sensación de bienestar y energía. Practicar el Saludo al Sol regularmente nos conecta con la energía del sol y el ritmo natural del día, esta conexión nos hace sentir más felices, con una mayor vitalidad física y espiritual.
- Equilibrio y Coordinación. Las posturas y movimientos del Saludo al Sol mejoran la coordinación y el equilibrio. Un cuerpo más equilibrado y coordinado puede moverse con mayor eficacia, reduciendo el esfuerzo necesario y aumentando la resistencia.
Las Doce Posturas del Saludo al Sol
El Saludo al Sol, consta de una serie de doce posturas físicas que alternan entre la flexión hacia delante y hacia atrás, logrando estirar la columna vertebral y las extremidades al máximo. Este estiramiento profundo de todo el cuerpo es una práctica difícilmente comparable con cualquier otro tipo de ejercicio. Su trabajo integral es lo que hace que sea una de las técnicas más conocidas e importantes del yoga.
Realizar todos los pasos del Saludo al Sol de manera rítmica y repetitiva, es un reflejo de las doce fases zodiacales del año, las veinticuatro horas del día y los biorritmos del cuerpo, una práctica profunda que alinea el ser interno con los ritmos universales y naturales, armonizando al practicante en todos los niveles.
Para dominar la práctica de Surya Namaskar, es fundamental conocer cada una de las posturas por separado y luego de manera conjunta. El siguiente paso es sincronizar la respiración con los movimientos. Al hacerlo, te darás cuenta de que la secuencia de la respiración complementa cada una de las posturas, y que sería difícil, incluso extraño, respirar de otra forma. La espiritualidad en la práctica de yoga se encuentra gracias a esta armonía entre el cuerpo y la respiración, para la cual tiene que estar la mente tranquila y enfocada en la práctica.
Preparación para el Surya Namaskar
Es importante que si vamos a practicar el Saludo al Sol de manera aislada y no dentro del contexto de la práctica de una clase de yoga, dediquemos un tiempo a conectar con nuestro cuerpo y respiración. Cierra los ojos y toma consciencia de todo tu cuerpo físico. Tómate un momento para repasar de manera interna empezando por los pies, poco a poco, hasta la coronilla, haciendo hincapié en tu contacto con el mundo físico a través del contacto de las plantas de tus pies con la esterilla, y con tu espiritualidad y los planos más sutiles a través del alargamiento de toda tu columna y la conexión con tu respiración. Desplaza tu conciencia por todo el cuerpo, relajando todas las tensiones que encuentres en el camino. Tu conciencia actúa como una luz que penetra en la oscuridad del cuerpo. Mantén esta conciencia durante unos momentos y luego comienza con la práctica del Surya Namaskar.
Las Posturas en Surya Namaskar
Cada movimiento en el Surya Namaskar debe realizarse de manera armoniosa y sin esfuerzo, utilizando solo los músculos necesarios para asumir y mantener cada postura. El resto del cuerpo debe estar lo más relajado posible. Buscar la relajación en cada posición hará que el estiramiento sea más eficaz y placentero, además de ayudar a economizar tu energía. Intenta que los movimientos encadenen suavemente uno con otro, como si fuera una danza.
1. Prânamâsana (la postura de oración)
Comienza en la parte delantera de la esterilla, coloca los pies juntos o separados el ancho de las caderas en posición Tadâsana (postura de la montaña), tomando conciencia de todo el cuerpo y activando desde las plantas de los pies todo el cuerpo, permitiendo el alargamiento de la columna, el abdomen y los costados, elevando el pecho.
Toma una inhalación bien profunda, exhalando lleva las manos juntas al pecho en namaste.
2. Hasta Uttânâsana (postura de brazos levantados)
Inspirando eleva los brazos hacia arriba dejando espacio para que el cuello alargue, sin perder la actividad de los pies y las piernas, abriendo el pecho.
3. Pâdahastâsana (postura de manos a pies)
Espirando, flexiónate hacia delante desde las caderas, coloca las manos a los lados de los pies, dirige las nalgas hacia el techo y la parte alta de la cabeza hacia el suelo.
En esta posición puedes mantener las rodillas dobladas lo que necesites para llegar con las manos al suelo y poder mantener la actividad de las piernas.
4. Asva Sanchâlanâsana (postura del corredor)
Inspirando, lleva el pie derecho hacia atrás de un gran paso, apoya la rodilla derecha en el suelo, alarga la espalda y el cuello, dirige la mirada hacia delante.
5. Phalakâsana (postura de la tabla)
Reteniendo el aire, lleva el pie izquierdo hacia atrás, quedando los brazos estirados y el cuerpo en un plano inclinado, reparte bien el peso del cuerpo entre las manos y los pies.
Los hombros y las muñecas están en línea, no dejes que las caderas caigan o que estén demasiado elevadas.
6. Asthângâsana (postura de ocho extremidades)
Espirando, baja las rodillas el pecho y la frente al suelo, dejando las caderas ligeramente elevadas.
En esta posición los codos permanecen pegados al cuerpo y los dedos de los pies metidos hacia dentro.
7. Bhujangâsana (postura de la cobra)
Inspirando, apoya los empeines y activa piernas y glúteos, desliza el tronco hacia delante, elevando la cabeza, el pecho y el abdomen.
En esta posición las caderas permanecen en contacto con el suelo y los codos pegados al cuerpo.
8. Adho Mukha Svanâsana (postura del perro boca abajo)
Espirando, eleva las caderas arriba y atrás, formando una V invertida, brazos estirados y cuello relajado.
Puedes flexionar las rodillas todo lo que necesites, lo más importante es alargar la espalda, así que el punto más alto de la postura son las nalgas.
9. Asva Sanchâlanâsana (postura del corredor)
Inspirando, lleva el pie izquierdo entre las manos, volviendo a la postura 4 apoya la rodilla derecha en el suelo, alarga la espalda y el cuello, dirige la mirada hacia delante.
10. Pâdahastâsana (postura de manos a pies)
Espirando, trae el otro pie entre las manos, dirige las nalgas hacia el techo y la parte alta de la cabeza hacia el suelo. De nuevo en la postura 3.
En esta posición puedes mantener las rodillas dobladas lo que necesites para llegar con las manos al suelo y poder mantener la actividad de las piernas. Permite que el abdomen y el pecho se acerquen a los muslos.
11. Hasta Uttânâsana (postura de brazos levantados)
Inspirando eleva los brazos hacia arriba y hacia delante, por encima de la cabeza, elevando el tronco sin dejar de alargar la espalda. Dejando espacio para que el cuello alargue, sin perder la actividad de los pies y las piernas, abriendo el pecho. Te encuentras de nuevo en el paso 2.
Si al elevarte es necesario, puedes mantener las rodillas flexionadas.
12. Prânamâsana (la postura de oración)
Espirando, lleva las manos juntas al pecho en namaste.
Las doce posturas completan media vuelta del Saludo al Sol.. Para completar la otra media, realiza los mismos movimientos, alternando las piernas en la cuarta y novena posturas.
Pincha el enlace a este vídeo y guárdalo en favoritos para practicar el Saludo al Sol todos los días, basta con diez minutos para lograr un hábito muy saludable que transformara tu vida a todos los niveles.
Cuéntame, ¿Has practicado alguna vez Surya Namaskar?, ¿Alguna postura o transición te resulta complicada?, ¿Necesitas más motivación para empezar esta rutina o la práctica de yoga de manera habitual? Déjame un comentario estaré agradecida de leerte.
4 comentarios en “Surya Namaskar / Saludo al Sol Tradicional”
Mil graciasss por toda la información 🙏🙏,namste.
Muchísimas gracias por comentar, me ayuda saber que hay interés en lo que comparto. 😇❤️🙏
Gracias por la información 👏👏👏👌🏻🙏
Muchísimas gracias por leerme ❤️😇🙏